Demonio de los sirios que, según parece, era ventrílocuo.
Daba oráculos por las partes naturales, por el trasero o por cualquiera otra cavidad que no tuviese el órgano del habla; pero siempre con voz baja y sepulcral, de modo que el que le consultaba muchas veces no le oía bien o, por mejor decir, oía lo que mejor le venía espanolcialis.net.